viernes, 19 de marzo de 2010

Proyecto Zombie - Behemoth

Hace poco tiempo, mi musa me dijo que estaría genial que escribiera algo sobre un mundo post-apocalíptico, debido a una infección zombie, al estilo 28 Días Después. No puedo negar que me picó la curiosidad, y decidí hacer mi propia versión. Aún no tiene nombres, pero escribo cada poco algunos capítulos, fáciles de leer y de corta duración. Cuando acabe todo, creo que los encuadernaré o algo. Espero que os guste.


Introducción - Behemoth


Como cada mañana, el sol aparece tímido entre las ruinas de la ciudad. Hacía tiempo que su color, visto a través de los ojos de cualquier ser humano sano, era casi verdoso. Ninguno sabíamos si ese era el color real, o quizás fue un efecto secundario de la contaminación sobre la atmósfera. Quizás algún científico podría dar más datos en la televisión, pero hace años que no hay. Ni televisión, ni agua corriente, ni luz eléctrica. Aquellos afortunados que tenían un generador independiente ahora son los que dominan el cotarro… o aquellos que fueron lo suficientemente rápidos como para hacerse con uno.


Es increíble cómo ante una situación catastrófica igual que la que sacudió el mundo hace tiempo, volvió a los seres humanos a su estado más primitivo. Si antes me hubierais preguntado, os habría dicho que todo pasaría como en las películas: la gente se reuniría en grupos cada vez más numerosos, y fundarían colonias, protegidas por grandes muros y gente armada. Como en Mad Max, o en Mensajero del Futuro. Buf, mira que hacía malas películas ese tipo. ¿Qué habrá sido de él?


Lo malo de no necesitar dormir es que tengo demasiado tiempo para pensar, quizás termine volviéndome loco. Pero al menos ella puede descansar tranquila sin un cuchillo bajo la almohada. Es fabulosa, me sigue queriendo pese a que me he convertido en un auténtico monstruo. Si le pudiera preguntar, me abofetearía por insinuar lo contrario, estoy seguro. Aún me sorprende lo bien que supo afrontar toda esta situación. Cuando todavía había televisión e Internet, salían videos de gente que se volvía loca y clamaba por el fin del mundo. Desgraciadamente, no estaban en lo cierto.


Cuando era más joven, siempre me imaginaba qué haría yo en una situación como la de los protagonistas de las películas. Quizás me atrincheraría en casa, rodeado de comida, y aguantaría hasta morir o convertirme en uno de esos zombies. O reuniría un grupo de valientes y saldría a cazarlos. No se, nunca lo sabré.


Ah, mira, ahí van un par. ¿Cuánto aguantan sin comer carne? Aquel tipo del norte dijo que había encadenado uno a la verja de su casa, y que aguantó dos semanas sin comer hasta que cayó muerto del todo. Era un tipo majo, aunque sus teorías conspiratorias sobre el comienzo de todo esto me ponían de los nervios. ¿A quién se le ocurre pensar que es todo culpa de los extraterrestres? Todo el mundo sabe que fue, como casi siempre, un descuido. Un brote de un virus mutado, y todo a tomar por culo. Me hizo gracia cuando empezaron a dar las noticias por televisión, me recordó al asunto de la Gripe A del 2009. Todo un camelo, pensé.


Pero cuando empezamos a ver a los primeros infectados, eso ya fue otro cantar, ¿eh pequeña? Recuerdo que aquel día te torciste el tobillo cuando huíamos de ellos en el centro comercial. Menuda matanza. La gente no sabía que hacer y se quedaban parados como pasmarotes a la espera de que les comieran vivos. Fue asqueroso. Y luego vinieron los helicópteros y las fumigaciones. Habría sido bastante útil si hubieran esperado a que los que no habíamos sido infectados saliéramos de las ciudades. Pero bueno, ahora todo eso da igual, creo que me hicieron más bien que mal, supongo. Al menos ahora puedo protegerte debidamente.


Creo que saldré a dar una vuelta, a ver si encuentro algunas garrafas de agua. Te vendría bien agua limpia, y no lo que bebemos últimamente.


No hay comentarios:

Publicar un comentario