martes, 6 de abril de 2010

Una Sombra en la Noche

Mi actual trabajo me permite tener tiempo para leer y escribir, y el texto que viene a continuación es fruto de una de esas largas noches. Es algo sombría, y muy metafórica, pero espero que os guste.


Silenciosa, vuela la sombra por el jardín, con el único preaviso de un chasquido lastimero.

Ni las ramas ni las hojas se interponen en su viaje, de camino a la sangre y a la muerte.

Y yo, inocente y distraído, sigo mirando a tu ventana esperando verte, sin saber que esa maldita busca mi cuello y el sonido de mi cuerpo al caer.

Y tú, con el corazón destrozado por la próxima noticia que recibirás, anhelas que el miedo rompa mis pasos y vuelva por donde he venido.

Pero sabes que eso nunca pasará, porque te amo.

Y entonces el búho canta su siniestra canción nocturna, y noto cómo me falta el aire de repente.

Abro los ojos de par en par, esperando despertar, pero lo único que veo es una larga sombra que adorna mi cuello, y la sangre carmesí disfrazada de tinta negra corriendo por mi pecho.

Y entonces lo comprendo, y tengo miedo, porque sé que moriré sin verte de nuevo.

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